Tejiendo redes de contactos

Construir relaciones debe ser un acto de sinceridad y honestidad.

No se trata de engordar tu directorio, o llenar la lista de contactos del móvil o tener 500 contactos en Facebook.

Lo importante es la calidad de los contactos. Es decir, tu tienes personas conocidas, otros son compañeros de trabajo, otros son familiares, otros amigos y algunos son contactos.

Los contactos no son los que te echan un cable, son las personas que pueden aportarte algo, no a los que puedes sacar algo.

La red de contactos se teje, se crea con relaciones sólidas y de respeto. Debe ser diversa y no centrada en personas de tu mismo círculo social, oficio o profesión.

Debe ser una tarea divertida, pero también formal.

Construir una red de contactos implica esfuerzo, necesita reciprocidad, saber escuchar, entender a los otros y permitir que te entiendan a ti.

Recuerda que tu lista de contactos es una buena fuente para conseguir información, oportunidades, trabajo, obtener ayuda o brindarla.

Empujar

Cuando las cosas parecen más difíciles, tienes que sacar fuerzas para luchar.

Debes continuar adelante, prepararte.

Cuando no se poseen los recursos es necesario crearlos, buscarlos, pelear por ellos.

No hay cursos para aprender a empujar, es la necesidad la que saca lo mejor de ti, lo que te hace fuerte y creativ@.

Primero debes reconocer en que situación te encuentras. No permitas que las condiciones adversas te doblen.

Después debes darte un tiempo para la reflexión, para analizar la situación desde diferentes puntos de vista y seguro encontrarás alguna solución.

Lo más importante es no quedarse inmóvil, si crees que necesitas ayuda, pídela a quien confíes, o solicita un consejo a quien creas que puede darlo. Comparte tus temores y dudas con la gente que respetas y estimas. Recuerda que no somos adivinos y si no expresas tus necesidades o tus problemas, nadie te ayudará.

Este país necesita hombres y mujeres trabajadores como tú, inmigrante que ha venido a forjarse un futuro, no a extender la mano para pedir. No es lo mismo empujar que jalar. El que empuja tiene fuerza.

Finalmente debes encontrar en tu interior lo mejor de ti, de ahí saldrá la fuerza para empujar. Sin esa fortaleza, no hay empuje lo que quieres es que te jalen.